Vivimos una auténtica catástrofe social donde sectores cada vez más grandes de población ven negado el acceso en un techo.

Vemos como día a día, a pesar de ser un derecho, la vivienda no está garantizada para una parte cada vez más grande de las familias trabajadoras.

Hoy se han publicado datos muy preocupantes sobre los niveles de exclusión social: un 30% de la población está en riesgo de exclusión, más de 2,2 millones de personas, de estas 1,2 millones sufren pobreza severa. Estas personas, por el movimiento por la vivienda no son números. Se trata de nosotras mismas y nuestras compañeras, somos nosotras quienes perdemos la casa cada día sin ninguna alternativa.

Ante esto tenemos un Gobierno que se llena la boca de derechos sociales, pero que a la hora de la verdad envía cada día a Mossos a echar de familias y persigue y castiga con violencia, identificaciones y detenciones al Movimiento por la vivienda que tratamos de impedirlo.

No esperamos nada de estas instituciones esclavas del Estado y la burguesía, pero no nos deja de sorprender su hipocresía.

#NiUnPasEnrere