Tras una lucha de diez años, hoy se hizo justicia y han firmado su alquiler social por siete años.
No podíamos empezar el año mejor. Esta mañana Juanjo y Ainhoa han firmado el alquiler social en su casa. Un objetivo por el que Juanjo llevaba peleando desde 2011. Una historia de lucha y empoderamiento como tantas otras pequeñas-grandes victorias de la PAH.
Juanjo compró su piso en 1998 con la ilusión de empezar su proyecto de vida y formar una familia. Tenía un trabajo estable, al igual que su pareja en esos momentos, y una buena proyección que le llevó a disfrutar de un sueldo muy por encima de la media a principios de los años 2000. Fueron años de bonanza que se vieron truncados con el estallido de la crisis en 2008, como los de tantas y tantas familias. Año en que tuvo que cerrar su pequeña empresa, gastando los ahorros en pagar a proveedores y a trabajadores, para entrar a engrosar el número de desempleados y sin derecho a paro por su calidad de autónomo.
Los siguientes tres años fueron tiempos duros, entradas y salidas en distintos trabajos, cada vez más cortos y mal pagados. Muchos sacrificios y verse en una dinámica enfermiza de meses sin pagar la hipoteca, seguidos de meses en que todos los ingresos iban destinados al banco para pagar la deuda acumulada y ponerse al día. Una rueda que en 2011 se hizo del todo insostenible y tras informarse cruzó por primera vez las puertas de la PAH.
A partir de ese momento, aprendió a defenderse, a exigir sus derechos, a coger conciencia de que era una víctima más de un sistema atroz y a pelear por la dación en pago con alquiler social. Una solución que la desaparecida Catalunya Caixa no quiso ofrecerle, pretendiendo quedarse con su piso y dejarle una deuda impagable de por vida.
La lucha empeoró cuando CX fue absorbida por el BBVA y vendió sus hipotecas ‘’tóxicas’’ al fondo buitre americano Blackstone en 2015. Por suerte, el mismo año en que la PAH ganó la ley 24/2015 catalana que obliga a la banca y a los fondos buitre a ofrecer alquileres sociales, en función de los ingresos, en los casos de ejecución hipotecaria. Ante esto, la solución era blanco y en botella, aún así la lucha ha durado 6 años más de la cuenta y la victoria no ha llegado hasta hoy.
Ha sido un camino largo y duro, pero por fin se hizo justicia. Todo un ejemplo de tenacidad y empoderamiento, esta noche Juanjo, Ainhoa y sus hijos dormirán tranquilos por primera vez en mucho tiempo.
Felicidades compahs por vuestra victoria y a disfrutar de esta nueva etapa que empieza hoy, os lo habéis ganado a pulso.