Lo llevamos anunciando desde el principio del estado de alarma y las cifras nos dan la razón
El Consejo General del Poder Judicial ha hecho público las cifras del tercer trimestre de 2020. Cifras que siguen poniendo en evidencia las medidas de protección actuales, esas que según el Gobierno no dejan a nadie atrás. La necesidad de un Decreto Stop Desahucios, para todo tipo de vulnerabilidades y más completo que el acuerdo anunciado esta semana, se pone en evidencia más que nunca.
Desahucios 3º trimestre: 7096
- Ejecuciones hipotecarias: 22% – 1564
- Alquiler: 73,1% – 5190
- Otras causas: 342
Total de los 9 meses del 2020: 18.138
Estos datos muestran un ascenso del 30,2% – 7096, respecto al trimestre anterior. La noticia no puede ser el descenso respecto al año 2019, ya que este viene provocado por la paralización de la actividad durante el confinamiento de los meses de marzo, abril y mayo. Los desahucios suspendidos en ese segundo trimestre van reactivándose a velocidades de vértigo lo que prevé un cierre de año escalofriante.
En los lanzamientos consecuencia de procedimientos derivados de la LAU, encabezan la lista de la vergüenza, Cataluña con 820, Andalucía con 765, Comunidad Valenciana con 739 y Madrid con 553.
En cuanto a los derivados de Ejecuciones Hipotecarias, lidera la Comunidad Valenciana con 369, seguida por Andalucía con 342, Cataluña con 195 y Murcia con 172.
Los datos disponibles reflejan que el número de lanzamientos solicitados en el 3º trimestre de 2020 fueron de 14.117 un 11% más que el mismo trimestre del 2019. Terminaron en cumplimientos positivos 6626, lo que podría significar más de 20.000 personas en la calle por falta de realojos en viviendas dignas por parte de la administración pública.
Este trimestre nos deja la cifra alarmante de 5299 presentaciones de Ejecuciones Hipotecarias. Un 52,7% más que en el mismo período del 2019. Cataluña lidera estas cifras con 1221 (23% del total Nacional), Andalucía 980, Valencia 893, Madrid 522, Murcia 340, lo que reafirma que, aun levantando la situación de emergencia sanitaria por parte del Gobierno, la economía seguirá sufriendo para llegar a una reactivación.
Este crecimiento preocupante de las ejecuciones hipotecaria, refleja la realidad de la gente y es una clara muestra de desprotección a la que se ha sometido a las familias hipotecadas, como ya denunciamos hace meses. Familias que, como ya pasó en los años de estallido de la crisis económica del 2008, se están viendo empujadas por el Estado a sobreendeudarse y a un proceso, que desde la PAH conocemos demasiado bien, de perdida de la vivienda.
La historia se repite, se cometen los mismos errores, y de no poner remedio, repetiremos resultados: miles de familias trabajadores perdiendo su vivienda tras años de esfuerzo para lograrla y la banca frotándose las manos con la cartera de inmuebles ”tóxicos” que van a adquirir para seguir llenándose los bolsillos y alimentando a los fondos buitre.
El caso de los desahucios por ocupación, incluidos en otras causas y no siendo su totalidad, demuestra la desproporcionalidad de la campaña de criminalización de la pobreza orquestada por la banca, la derecha y alimentada por los medios mayoritarios que comen de su mano. Una cortina de humo muy bien elaborada para tapar los verdaderos problemas: la burbuja del alquiler y la todavía existente estafa hipotecaria.
Mientras el Gobierno sigue jugando a la oca, recortando derechos fundamentales en Decretos insuficientes, en tiempo y forma, las familias se ven con el agua al cuello y de vuelta a la casilla de salida. Este Gobierno que ya ha anunciado un acuerdo para llevar a cabo parte de las demandas exigidas por la PAH y otros actores sociales, tiene todavía unos días por delante para aprovechar esta ocasión histórica para ponerse realmente del lado de las familias.
Desde la PAH, saludaremos cualquier avance realizado gracias a nuestra presión y negociaciones, pero seguirán teniéndonos de frente hasta que cubran el cien por cien de nuestras demandas. Solo así garantizaremos el derecho a la vivienda en este país, tantos años coartado.