Visibilizamos y denunciamos la situación en que se encuentran cientos de familias que no tienen garantizada una vivienda digna durante el confinamiento. Familias confinadas de manera precaria en infraviviendas, en pensiones o albergues que se presentaban como solución temporal después de haber sido desahuciadas. En ocasiones no llegan ni a tener garantizado el acceso a los suministros básicos de agua, luz o gas.
Llevamos un mes de confinamiento a raíz de la crisis de la COVID-19. Durante estos días hemos visto cómo el Gobierno del Estado, la Generalitat de Catalunya y los diferentes ayuntamientos han promovido medidas con el fin de prevenir la expansión de la pandemia: quedarnos en casa y mantener una buena higiene se presentan como medidas imprescindibles para prevenir contagios. Pero, ¿qué ocurre cuando la situación es insostenible dentro de nuestros hogares? ¿Cómo podemos estar confinadas si no tenemos casa? ¿Cómo podemos vivir encerradas en una habitación de una pensión o albergue, con niños y jóvenes? ¿O sin tener acceso a espacios comunes, a Internet o a una cocina donde preparar la comida? ¿Cómo podemos mantener una buena higiene si no tenemos garantizado el acceso a los suministros básicos?
Lourdes, Lidia, Sara, Tori, Emilia, Bilal, Carlos y Victoria, Rkia, Ijaz, Mari Carmen, Juanjo, Martha, Yossef, Mohamed, Merced, John y Yasmina son algunos casos de las cientos de familias en toda Catalunya que se encuentran en situaciones de inseguridad residencial.
Desde las PAHs de Catalunya consideramos que esta situación que viven actualmente decenas de familias y compañeras es inaceptable e incomprensible. Las administraciones competentes no están respondiendo como es debido a la situación, proponiendo soluciones insuficientes y dando la espalda una vez más a la ciudadanía más vulnerable.
Es también el momento de corresponsabilizar al sector privado de la banca, fondos buitre y grandes propietarios para acabar con esta crisis. En Catalunya, la cantidad de viviendas vacías es astronómica y de las más elevadas de toda Europa. Los últimos datos oficiales publicados hablan de 500.000 viviendas vacías en Catalunya, de las que 73.000 son nuevas y ni se han estrenado; y como mínimo, más de 25.000 provienen de ejecuciones hipotecarias y están en manos de la banca.
¿Cómo puede ser que tengamos familias en situaciones precarias y de inseguridad habitacional? ¿Cómo puede ser que haya todos estos pisos vacíos en desuso y al servicio de la especulación? Es necesario movilizar toda esta vivienda vacía y ponerla a disposición de la ciudadanía.
Es por ello que pedimos:
- Dotar de mayores presupuestos en partidas de vivienda en el ámbito estatal, autonómico y local para hacer efectivas las demandas.
- Realojo digno y adecuado a las familias que están ubicadas en pensiones, en pisos con cocina y espacio vital para los niñosSuministros básicos garantizados: agua, luz y gas
- Cesión obligatoria de las viviendas vacías de la banca y fondos buitre, tal como marca la Ley 24/2015
- Expropiación de las viviendas de la SAREB
- Regulación del precio del alquiler de manera efectiva para detener la expulsión masiva de vecinas de sus hogares
- Regulación del precio del alquiler de manera efectiva para detener la expulsión masiva de vecinas de sus hogares
- Condonación de deudas hipotecarias, de las deudas de impago de los alquileres y suministros a familias vulnerables por falta de recursos económicos
- Ayudas económicas a los pequeños propietarios que se ven afectados por impagos de alquiler
Exigimos medidas valientes e innovadoras a la altura de la situación, que den respuesta a las familias, un plan de choque social real y efectivo. No podemos permitir que, una vez más, esta crisis de la COVID-19, la volvamos a sufrir y pagar las más vulnerables.
Con la PAH seguiremos luchando junto a las familias que ven vulnerado un derecho tan básico como el de la vivienda, tal como hemos hecho durante estos últimos 11 años. En 2008 ya pagamos la crisis nosotras, con un rescate a la banca de 65.725 millones de euros de dinero público. Ahora hay que vencer al Coronavirus y estar fuertes para combatir la crisis económica que se derivará.
Hace ya muchos años que demostramos que juntas somos imparables, ¡y esta vez volveremos a estar a la altura!
¡Sí Se Puede!