Las 8 encausadas, por una acción al BBVA, en 2017 hemos sido absueltas y sin cargos después de un juicio que solo se puede definir como patochada de la fiscalía, pero que nos muestra una vez más los mecanismos de represión que utiliza este sistema inhumano.
Hace semanas que lo decíamos: ¡#FiscaliaDéjaloYa! De haber sido así nos habríamos ahorrado todas el tiempo perdido y el dinero público que cuesta un juicio como este. Pero la fiscalía, rabiosa con los activistas que defendemos los derechos que demasiadas veces la misma justicia vulnera, estaba decidida a intentar acobardarnos y silenciarnos.
El juicio tuvo lugar el lunes 9 de octubre y hoy hemos recibido la única sentencia posible: absolución por las ocho denunciadas.
Si este juicio ya era un sin sentido (el BBVA hacía tiempo que había retirado la demanda y la fiscalía había optado para aumentar la pena y sacar adelante el proceso), menos sentido tomó al conocer todos los perfiles de las personas denunciadas.
Por un lado, teníamos a cinco compañeras de lucha, que en aquel momento formaban parte de PAH Barcelona y actualmente están en diferentes grupos de vivienda. Por otro lado, tenemos la parte más surrealista de este despropósito. Estaban denunciadas: una señora clienta de la oficina donde se produjo la acción, que en el momento de la identificación por parte de los Mossos estaba allí haciendo unas gestiones; un chico de 17 años que entró por curiosidad a ver qué pasaba y una chica sin hogar que entró a la oficina para poder echarse un plato caliente en la boca, al ver que estábamos comiendo macarrones que había cocinado un colectivo del barrio.
El juicio dio pie a muchas anécdotas divertidas: testigos de la fiscalía atestiguando dándonos la razón, testigos de los mozos afirmando que se habían asegurado que todas las denunciadas formaban parte de la PAH, los de seguridad explicando que el único que recuerdan de aquel día es que comíamos espaguettis (pero eran macarrones, tal y como consta como hecho probado en la sentencia), etc. Si nos querían silenciar, lo único que han conseguido es darnos más fuerza, más voz y arrancarnos unas buenas risas.
Ya lo decíamos el pasado lunes: #NiMultaNiCárcel, y ¡así ha sido! A pesar de haber quedado absueltas y liberarnos de dos años de prisión y 900 € de multa por persona, estábamos en manos de unas abogadas geniales y comprometidas y se han generado algunos gastos de defensa que hay que cubrir. Es por eso que de aquí a unos días empezaremos una campaña para cubrir estas costas. Somos luchadoras, somos solidarias, pero lamentablemente como la inmensa mayoría, somos precarias.
Lo llevamos haciendo hace años y lo seguiremos haciendo. Nada ni nadie evitará que sigamos madrugando para parar desahucios, que nos movilizamos contra el BBVA, contra Cerberus, contra la Administración y contra quien quiera negarnos el derecho a la vivienda o echarnos de nuestros barrios.
Queremos dar las gracias infinitas a todas las que nos habéis apoyado en este proceso. A las que pudisteis venir en la ciudad de la in-justicia, deciros que fue fantástico y muy emocionante teneros con nosotras.