Por unos alquileres asequibles. Por un parque público de vivienda de alquiler.
El 6 de abril nos manifestamos para denunciar el abuso de los precios del alquiler. Los especuladores nos estrangulan subiendo y subiendo los precios y cada vez tenemos más problemas para llegar a fin de mes, mientras que los sueldos no suben, un drama social ante la mirada pasiva de los gobiernos y los poderes públicos. La vivienda no es una mercancía, es un derecho con el que no se tendría que poder especular. Hay miles y miles de pisos vacíos en nuestras ciudades, en cambio hay miles y miles de personas y familias sin lugar donde vivir.
Salimos a la calle para denunciar el negocio que las industrias inmobiliaria y turística hacen con nuestros hogares. Mientras el gobierno español regaló a la banca más de 60.000 millones de euros de nuestros bolsillos, éstas no han hecho otra cosa que echar de su casa a personas sin dar ninguna alternativa habitacional. Los propietarios físicos y jurídicos de viviendas de alquiler, con los fondos buitres y SOCIMI a la cabeza, disfrutan de medidas de elusión fiscal en su favor desde hace décadas para no pagar impuestos mientras los inquilinos e inquilinas soportan presión fiscal de hasta más del 30%. Hay que substituir la LAU por una nueva ley que legisle los alquileres sociales en el mercado libre con ventajas fiscales vigiladas por el Estado y ciudades. Como demandan Madrid y Barcelona, hace falta que los impuestos directos del Estado sean gestionados proporcionalmente por las ciudades con una descentralización solidaria como pasa en muchos países avanzados.
Los desahucios se han disparado y actualmente están al nivel de los peores años de la crisis financiera: 165 desahucios por vía judicial cada día, uno cada 5 minutos. Mientras los fondos buitres acumulan viviendas a una velocidad vertiginosa, sin precedentes en la historia, el alquiler se come más ingresos que en cualquier otro país de la OCDE. Y hay que añadir todos aquellos desahucios invisibles, que no están contabilizados, pero que suponen la expulsión de muchas vecinas de sus barrios y pueblos por no quererles renovar el contrato o por pretender imponerles subidas imposibles de asumir para los inquilinos e inquilinas. Hemos llegado a un punto asfixiante de la burbuja del alquiler y queremos pincharla, por todos lados y desde todos los frentes.
Queremos pincharla y estamos determinadas a hacerlo. A pesar de que el nuevo decreto introduce medidas en cuestiones de alquiler, éstas son todavía insuficientes. Es por eso que el movimiento por la vivienda y las organizaciones, barrios y entidades que convocamos esta manifestación queremos dejar muy claro a toda la población los motivos por los cuales no dejaremos de luchar hasta desmercantilizar una de las necesidades y derecho básicas de todo ser humano: tener un techo digno donde vivir. Y así reivindicamos:
- Pinchemos la burbuja: exigimos medidas políticas y fiscales para adecuar los alquileres a la renta disponible del
- Alquileres asequibles: es urgente regular los precios del alquiler teniendo en cuenta el poder adquisitivo real de la gente, es decir, la
- Alquileres estables: los contratos de alquiler no pueden acabarse de forma injustificada y unilateralmente. Tienen que renovarse automáticamente a no ser que el propietario demuestre que necesita la vivienda para su uso personal o de un familiar.
- Ningún desahucio sin alternativa habitacional: mayor autonomía financiera de los Ayuntamientos (participar de los impuestos directos del Estado) para gestionar el parque de viviendas de las ciudades.
- Contrato de alquiler único gestionado por oficinas de Vivienda y Ayuntamientos: el fin de los abusos de los intermediarios: el negocio de las inmobiliarias es un escándalo.
- Justicia fiscal: eliminación de todas las figuras a medida de la elusión fiscal en el Impuesto de Sociedades (Socimis, patrimoniales, etc) y en el IRPF (persones físicas y comunidades de bienes).
- Expulsión de los fondos buitres: exigimos eliminar las Socimis, que disfrutan de grandes privilegios fiscales, y que el gobierno deja que especulen masivamente con nuestros hogares y que sean la punta de lanza de la burbuja.
- Parque público de vivienda: Se tiene que convertir en parque público de vivienda las viviendas acumuladas por la Banca y por los fondos buitres para garantizar su función social, evitar la escasez artificial de vivienda y frenar la especulación. Grabar fiscalmente las viviendas urbanas vacías y crear un impuesto sobre las ventas de viviendas “especulativas” que no sean para primera residencia.
- Aumentar la construcción de vivienda social: por parte del Estado, la Generalitat y el Ayuntamiento.
- Basta de pisos turísticos: la mala gestión del turismo tiene un gran impacto en la vida de los ciudadanos y disminuye enormemente la oferta de vivienda de alquiler.
- Ley 24/2015: La aplicación integral de la ley 24/2015 en Cataluña y su extensión a todo el Estado.
Se les ha acabado hacer negocio con nuestros hogares, con nuestros barrios, con nuestras vidas. Pinchemos la burbuja, y pinchémosla bien, que no vuelva a hincharse nunca más.